domingo, 3 de abril de 2016

Solo


Desde el tiempo de mi niñez, no he sido 
como otros eran, no he visto 
como otros veían, no pude sacar 
mis pasiones desde una común primavera. 
De la misma fuente no he tomado 
mi pena; no se despertaría 
mi corazón a la alegría con el mismo tono; 
y todo lo que quise, lo quise solo. 
Entonces -en mi niñez- en el amanecer 
de una muy tempestuosa vida, se sacó 
desde cada profundidad de lo bueno y lo malo 
el misterio que todavía me ata: 
desde el torrente o la fuente, 
desde el rojo peñasco de la montaña, 
desde el sol que alrededor de mí giraba 
en su otoño teñido de oro, 
desde el rayo en el cielo 
que pasaba junto a mí volando, 
desde el trueno y la tormenta, 
y la nube que tomó la forma 
(cuando el resto del cielo era azul) 
de un demonio ante mi vista. 

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